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El club de la República Checa compite en la BCL, y en la Liga doméstica, con una plantilla formada, exclusivamente, por jugadores de su país
‘Made in Czech Republic’
Vaclav Bujnoch, Rotislav Dragoun, Martin Gniadek, Ludek Jurecka, Radim Klecka, Miroslav Kvapil, Jakub Sirina y Filip Zbranek han militado en BK Opava durante las últimas cuatro campañas, Gniadek durante los últimos seis cursos baloncestísticos, Kvapil durante siete años, Klecka nueve y Sirina diez. Increíble pero cierto.
Por si esto fuera poco, el técnico Czudek es de Opava y jugó para el club en varias etapas: 1996-1999, 2001-2004 y 2007-09. Queda claro que BK Opava es un equipo único en el baloncesto profesional europeo. Su entrenador ha optado por la cantera y por dar oportunidades a los jugadores jóvenes del país, un concepto y una filosofía de club que también extraña en la competición doméstica, Národní Basketbalová Liga (NBL), donde el resto de escuadras compiten con jugadores extranjeros en sus filas, principalmente llegados desde Estados Unidos y la cercana Serbia.
La clave del éxito amarillo
La plantilla del BK Opava es, aparte de un grupo de jugadores profesionales, una familia, un grupo de amigos que juegan de memoria al baloncesto, después de tantas temporadas compartiendo vestuario y vivencias fuera de la pista. Se conocen tan bien sobre el parqué como fuera de él. Esa es la clave del éxito checo.
Los poderes de BK Opava