Opinión: Un final inesperado

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Por José Luis Hernández – Creatividad digital: ACB

Aguere-La Laguna (Tenerife), 2 de junio de 2023

Actualizado a las 19.58 GMT+1

La temporada 2022-23 del Lenovo Tenerife ya es historia. Finalizó en la jornada de ayer con un gusto un tanto antagónico, porque durante toda la temporada el equipo se ha mantenido luchando con los grandes e incluso dejando registros propios de épicas deportivas. Trató de aguantar el pulso de los dos mayúsculos del campeonato, secciones de baloncesto de los clubes de fútbol, además de doblegar a otros trasatlánticos de la Euroliga como Baskonia y Valencia. No ha sido un espejismo, aunque ahora, a alguno, le puede parecer.

Este Canarias, que ayer dijo adiós a su actividad competitiva, es el mismo que ganó su tercera Copa Intercontinental, es el mismo que lideró la Liga Endesa y que acabó la fase regular en cuarta posición, con 24 victorias y 10 derrotas, por delante de Baskonia, Unicaja, Gran Canaria y Valencia. También es el mismo que tiene en sus filas al ‘Jugador Más Valioso’ (MVP) de la ACB, Gio Shermadini, amén del protagonismo del georgiano en el ‘Mejor Quinteto’ de la Liga Endesa, algo que, de la misma manera, había logrado en la Liga de Campeones de Baloncesto (BCL) pero esta vez en el segundo. También es el mismo que tiene al base más mágico de la competición española, Marcelinho ‘Showtime’ Huertas, integrante del ‘Segundo Quinteto’ de la Liga Endesa y del ‘Mejor Quinteto’ de la Basketball Champions League. El equipo entrenado por Txus Vidorreta llegó a ilusionar a la Fiebre Amarilla con su primer título ACB, lástima de que se nos escapara en el Olímpic de Badalona. A finales del año 2022, los tinerfeños lideraban la liga española y su grupo en la liga continental. Había motivos para soñar. Con este equipo siempre los hay.

Pero a la hora de la verdad, en los momentos claves, el equipo no ha podido más. Le sucedió en la Final a Cuatro de la Basketball Champions League, donde no pudo culminar su reto de volver a la final y revalidar el título obtenido el curso baloncestístico anterior. Y le ocurrió en la Liga Endesa, donde tropezó dos veces con la misma piedra, léase Unicaja, que se ha convertido en su bestia negra al derrotarle en la mentada final de la Copa del Rey Badalona’23 y en la Liga, en este último caso en el playoff de cuartos de final por el título de la competición doméstica. Eso sí, en este último caso aliados con un virus estomacal que dejó a los nuestros ‘para el arrastre’. Y eso sin quitar un ápice de mérito a Unicaja.

Los laguneros, el equipo más veterano de la Liga Endesa, entran en la postemporada, vamos que ya están pensando en sus destinos vacacionales, una idea quizá un tanto inimaginable hace algunas fechas para los aficionados aurinegros, cuando casi todos apostábamos, yo el primero, por un tercer partido en la serie. Pero el baloncesto, y sus circuntancias, es así. En los próximos meses, con la enorme base que tiene el equipo, toca reinventarse para el próximo curso. Mientras le daré alguna vuelta a este inesperado final deportivo. O quizás no.