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La selección gibraltareña logró alcanzar la cuarta posición del Campeonato de Europa de Baloncesto ‘small countries’ al perder su semifinal ante Irlanda (86-66)
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El baloncestista grancanario Lucas Pérez, ex jugador del Canarias, saboreó las mieles de la internacionalidad con Gibraltar, a sus 38 años, en una experiencia irrepetible
José Luis Hernández
@SUPERBASKET7
FIBA
La Laguna (Tenerife), 3 de julio de 2018 – No por ser un campeonato de países pequeños tiene menor mérito. Al contrario, tiene y mucho. La participación de Lucas Pérez (Gran Canaria, 24-06-1980), ex jugador del Canarias en las temporadas 2003-04 y 2004-05 cuando el equipo lagunero militaba en la LEB2, con la selección de la colonia británica ha sido muy meritoria. De hecho, Gibraltar ha logrado firmar su mejor participación en el ‘small countries’, la tercera categoría del baloncesto europeo, en la que los del Peñón han quedado en cuarta posición después de haber caído en la última jornada, en la lucha por el bronce, ante la selección de Irlanda (86-66).
Una llamada inesperada
Lucas nunca pensó en participar en una competición de esta índole, y menos con la selección de Gibraltar siendo canario. Pero a veces los sueños se cumplen y los requisitos de la FIBA también. El ex aurinegro, después de militar durante 2 temporadas en el Unión Baloncesto Linense, Liga EBA, decidió poner punto y final a su carrera deportiva pero el gusanillo del baloncesto seguía muy vivo, por lo que optó por mantenerse en activo disputando la Liga de Gibraltar, aparte de colaborar en uno de los colegios del Peñón, en la grata labor de formar jugadores.
«Al ser un territorio pequeño la FIBA permite un cupo de jugadores hasta un cierto número de kilómetros más allá de la Verja. Al haber estado jugando la Liga de Gibraltar, y ayudar en el colegio, me llamaron para preguntarme si quería participar. Dije que sí y la FIBA dio el ok», nos cuenta, entusiasmado, Pérez.
Un campeonato menor pero de nivel
«Ha sido un campeonato muy profesional», afirma Lucas, en referencia al ‘small countries’. «Es un torneo poco conocido en el que participan jugadores de gran nivel. La semifinal contra Malta fue un partido muy complicado porque ellos tienen un equipo muy físico, muy grande, con jugadores militando en la Liga Universitaria (NCAA1), en la División donde está Michigan State. Hasta el MVP del Europeo era jugador de Malta, Samuel de Guara. Fue un partido muy físico, muy complicado, pero competimos. Hubo cuartos que sólo perdimos de tres puntos, pero al final nos pasaron por encima. Nosotros no teníamos mucho banquillo y perdimos la semifinal. Según nos han contado, ellos con este equipo intentarán militar la próxima temporada en el Campeonato de Europa B. Tienen un muy buen equipo, de hecho le ganan la final a Noruega, una de mis favoritas, con una diferencia por encima de los veinte puntos», nos cuenta el jugador canario. «Esto está al alcance de muy pocos y me siento un privilegiado», asevera Pérez, que no se pudo colgar la medalla de bronce al caer en la lucha por dicho metal ante Irlanda (86-66).
Feliz, ilusionado y agradecido
«El trato de la FIBA y el nivel del profesionalismo ha sido espectacular. Es un Torneo, entre comillas menor, pero de esto no tiene nada. Todo muy bien organizado, como si jugaran las primeras potencias de nuestro deporte. Me he sentido muy bien. Desde el primer instante en que me dijeron que existía la posibilidad de jugar, me estuve preparando, entrenando. Me puse en manos de mi mujer, que es fisio, para que me ayudara en la preparación. El primer partido me cogió, como es normal, un poco de ‘nuevo’, con la novedad de ver todo y como funcionaba, pero ya el segundo día le cogí el ritmo a la competición y la verdad es que fue espectacular. Todo mi agradecimiento a la Gabba (Federación Gibraltareña de Baloncesto), por haberme convocado y llevado al Torneo. Solo tengo palabras de agradecimiento hacia la Federación, el equipo y la organización del Europeo», afirma el ex canarista
Un sueño cumplido
«He podido cumplir un sueño que no pensaba que se fuera a realizar. Una ilusión más que tengo en mi álbum de historias del baloncesto. Una hoja más escrita. Ahora a ver si tengo suerte y puedo ir a los Islands Games y, quizá, ver si se me presenta la oportunidad de acudir a otro Europeo», concluye el bueno de Lucas. Los sueños no tienen edad, la ilusión y el esfuerzo tampoco.