Opinión: 25 años de periodismo

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Por José Luis Hernández / Archivo SuperBasket Canarias Photo

Aguere-La Laguna (Tenerife), 11 de abril de 2022

Permítanme que en esta ocasión mi artículo de opinión esté centrado en la que ha sido y es mi profesión, aunque desde el año 2011 también la compagine con la publicación de mis libros de literatura deportiva. Y esta profesión no es otra que la de periodista, para mí la mejor del mundo.

Hablar de lo que ha representado para mí la profesión periodística en estos últimos 25 años, que son los que acabo de cumplir el pasado mes de marzo del presente 2022es todo un reto. La necesidad de informarse sigue existiendo, incluso es aún mucho mayor que en otros momentos de la historia, pero la manera en que nosotros, los ‘gacetilleros’ transmitimos la información es muy diferente a la que estábamos acostumbrados en 1997 cuando comencé a colaborar tanto en la Cadena Cope, haciendo mis primeras narraciones radiofónicas de baloncesto para la emisora de Cope La Palma desde Tenerife, así como mis primeros artículos en el tristemente desaparecido periódico ‘El Lagunero’ de San Cristóbal de La Laguna, ya cubriendo la actualidad y la historia del Club Baloncesto Canarias, el auténtico centro de mi vocación informativa.

Por aquella época, en la de mis comienzos, no teníamos redes sociales, ni web, ni videonoticias, ni medios digitales, ni WhatsApp, ni alarmas en los móviles que nos acercaran la noticia más actual, ni tantas cosas que hoy nos son tan comunes y necesarias, herramientas vitales en mi constante lucha por buscar la verdad y divulgarla, que para eso estamos. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) han hecho posible esta inmediatez. Las TIC también han sido las responsables del enorme cambio en nuestra profesión periodística, dignificada por muchos y ninguneada por el intrusismo y por muchos cafres que andan sueltos en nuestra sociedad. Tengo muy claro que un periodista que no asuma que la tecnología ha llegado para quedarse tiene muy difícil realizar su profesión en la época que nos ha tocado vivir. Es fundamental aceptar que hay un cambio en la manera de trabajar con las nuevas tecnologías y tendrá que ir descubriendo cómo, cuándo y dónde su lector desea ser informado. Es así de claro. Por eso desde el año 2014 estoy volcado en SuperBasket Canarias, un medio digital, con emisora de radio online incorporada, que llega en su cobertura informativa del Club Baloncesto Canarias donde no llega ningún otro. Y no es inmodestia, es la realidad. Esas herramientas, y el hecho de que hace más el que quiere que el que puede, me ha llevado a todos los territorios del estado español y a más de una veintena de países ejerciendo nuestro noble oficio de comunicadores.

Es cierto que tan solo han pasado 25 años desde que comenzara, que por cierto han sido como un suspiro, pero en este periodo de tiempo se han implantado múltiples plataformas para poder acercar la información al usuario. Un usuario que ya no es pasivo, que quiere y necesita interactuar. En tan solo dos décadas y media ha habido una gran transformación del periodismo, pero, y sin miedo a equivocarme, se avecinan unos próximos 25 años de grandes novedades tecnológicas, sociales y profesionales, que seguramente conlleven un ritmo, aún más rápido, de una nueva transformación. Y aunque yo siempre he pensado que el futuro no existe, que tenemos un presente y que la vida es aquí y ahora, quiero mirar brevemente hacia ese presente que se convirtió en pasado.

En estos 25 años de información ha habido de todo, afortunadamente mucho más bueno que malo, por lo que haré un breve recorrido por lo primero y obviaré lo segundo, tampoco se trata de volverlos locos. No puedo olvidar mi debut en la radio, mi medio de comunicación favorito, en aquel lejano año 1997 con un partido que narré en directo desde el mítico pabellón Juan Ríos Tejera de La Laguna, escenario de las mejores hazañas deportivas de mi querido Canarias en el pasado siglo XX. Ahí comenzó todo. Y de la radio, casi de manera inmediata en el tiempo, a simultanear con un periódico local que me dio tablas, la oportunidad de expresarme y de informar en papel: El Lagunero. De la Cope a Onda Cero, Radio 21 en el vecino municipio de Tacoronte, donde ya pude tener con el paso del tiempo, y tras colaborar en el programa de deportes amén del magazine de la mañana, mi propio espacio especializado en baloncesto ‘SuperBasket’, así se llamaba, nombre que recuperé para el medio que dirijo desde 2014.

En ese momento ya comenzó a rondar por mi cabeza retomar mis estudios, aparcados hasta aquellos instantes tras finalizar COU, antesala universitaria. Curiosamente, y mientras ya colaboraba para otros medios de la Isla, siempre gratis por cierto, mi cambio de residencia a Barcelona me devolvió mis sueños académicos. En la Ciudad Condal, mi segunda casa en la que viví casi 4 años, a la que adoro y visito cada vez que puedo, pude estudiar la carrera de Comunicación y Periodismo Audiovisual en la  AW University. Es curiosa la vida. Siendo lagunero y teniendo la Universidad de La Laguna al lado de mi hogar, Barcelona se interpuso en mi camino. La verdad es que fue fantástico estudiar allí, no solo por haber logrado terminar la carrera con la que siempre soñé, también por haber desarrollado mi labor periodística para medios de Tenerife, ya me desplazaba por toda Catalunya y por otros territorios del estado español siguiendo al Canarias en categorías que permanecen en el recuerdo de los pocos que las vivimos, así como para medios catalanes, auténticos regalos inesperados que nunca pensé que pudieran materializarse, como fue por ejemplo, formar parte del canal de televisión del Fútbol Club Barcelona, Barça TV, durante mi último año de estudios o de Sants Montjüic Ràdio, donde rompí con mi regla de informar solo de baloncesto para presentar un magazine los viernes por la noche: ‘Séptimo de Caballería’.  Y todo ello sin dejar de lado mis colaboraciones con los medios canarios, por supuesto.

De vuelta a Tenerife pude seguir en la ‘tele’ con Popular TV, llevando la opinión de los protagonistas en los partidos del Canarias, siempre el Canarias. Y de ahí al propio Club Baloncesto Canarias, como responsable del Área de Publicidad y Jefe de Prensa, un auténtico privilegio. También recuerdo con cariño mi temporada en el Club Baloncesto Peñas de Huesca, llevando la gerencia del club y el Área de Comunicación. Aunque deportivamente fue tan desastrosa que, aunque el club se salvó del descenso de categoría, hasta la directiva se mandó a mudar y nos dejó a los empleados al frente de la entidad. Afortunadamente, nos pagaron.

Tampoco puedo obviar el año que estuve estudiando, gracias a la Federación Española de Baloncesto, para obtener el Máster en Periodismo de Baloncesto organizado en Madrid, Sevilla y Málaga por la propia FEB y en la que conocí a grandes compañeros.  De resto, más o menos, ya lo conocen todo. La literatura deportiva, con las obras ‘Carmelo Cabrera, El Globetrotter Blanco’ y ’82 años, 82 latidos. Historia del Club Baloncesto Canarias’, aparte de SuperBasket Canarias, claro está, me han acompañado hasta cumplir estos primeros 25 años de periodismo, bodas de plata, dedicados prácticamente todos a cubrir la información del Club Baloncesto Canarias, ahora con el nombre comercial de Lenovo Tenerife, y al que sigo como aficionado desde la cuna. Un auténtico honor, créanme.

Para ir finalizando, estoy pendiente de todo lo que tiene que ver con el ‘nuevo periodismo’, con las nuevas formas de comunicarnos y con las nuevas maneras de acercarles la información. Algunos gurús tratan de argumentar que en unas décadas desaparecerán el 50% de las profesiones tal y como las conocemos hoy en día, evidentemente surgirán otras, pero estoy convencido de que la profesión periodística no desaparecerá nunca. Estamos inmersos en una era de grandes novedades tecnológicas, sociales y profesionales que, seguramente, conlleven un ritmo, aún más rápido de informar, de una nueva transformación pero yo, día a día que diría Rambo, sustento mi trabajo también en la vocación, la información libre, veraz e independiente y en el romanticismo. Y sí, ha leído bien esto último, el romanticismo, que también existe en mi profesión.

Hasta la fecha no me puedo sentir más orgulloso de ser periodista y eso que el reto no está siendo fácil, pero seguiré trabajando para informales con rigor además de mi honesta subjetividad, la objetividad no existe, de este apasionante mundo del baloncesto, del Canarias de mis amores y de los suyos. Continuaré utilizando todas las herramientas que estén al alcance de mis posibilidades para llegar a nuestros lectores con el sano objetivo de seguir siendo el mismo que, en 1997, tomó un micro y comenzó con esta bendita locura de ofrecerles información de valor que les ayude a estar, permanentemente, bien informados en amarillo y negro, claro está. Así es el periodismo para mí. Pura pasión…

PD: Gracias a todos los que me han ayudado a llegar hasta aquí. También a los que lo han intentado impedir. Gracias, de corazón, a estos últimos porque gracias a ustedes la motivación para lograr mis metas y objetivos es aún mayor.  ¡Ya pondremos fecha para celebrarlo cuando acabe la temporada! De momento, seguimos informando.